26 abril 2018

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Me siento perdida, asustada, deprimida.
Me pregunto constantemente porque las cosas se rompen, porque la gente se deja llevar por el orgullo y el rencor, porque no consiguen mirar más allá de la primera pantalla de sus narices.
Me derrumbo. Siento rabia, impotencia. No consigo aclarar mis preguntas, y eso genera contradicciones.
Como tenia que haber actuado. Quien lo sabe, nadie lo sabe.
Me mantengo activa para no pensar, pero a ratos se me nubla la cabeza y solo veo a lo lejos ciertas palabras de culpa, ciertos desprecios, y me siento cansada.
Me hago la fuerte, aprieto los dientes y sonrío como si nada pasara, mientras dentro esta todo atascado, derramando charcos de agua, ahogándolo todo.
Empieza a no quedar nada.
Vuelvo a la rutina por inercia, por responsabilidad, por levantarme de la cama. Sin ganas, sin ningunas ganas, probablemente las mismas que tengo de apartar todo esto de mi cabeza, las mismas que tengo de que el tiempo pase.
Le echo coraje, por fuera, por dentro estoy rota y pensando en como pegar todos los cachos que deje que destrozaran.
Me derrumbo, pero no importa nada. Aparenta estar bien, sonríe si preguntan y no hables en voz baja.
- Anímate, todo pasa. Lo escuchas y lo entiendes, pero no quieres que pasara. Estoy atrapada mas de lo que esperaba.

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