20 agosto 2015

Abril

Nada parece difícil si te tengo cerca.
Tropezar con la misma piedra era peculiar en mi. Había cometido tantos errores, que realmente pensaba en volver a cometerlos. No sabía que era querer sin estar atada a la obsesión enferma de mi mente. No sabía que era entender si no anteponía todo mis pensamientos. 
Todas las cosas llegan cuando menos lo esperas, y sin tener un porque. Quizás había imaginado más de una vez como sería esa persona especial que llegaría, quizás me deje llevar por la cabeza más que por el corazón, hasta que te conocí.
Y descubrí que todo lo que había imaginado y verificado en mi mente era producto de mi imaginación enfermiza que a veces se dejaba llevar por muchas películas cutres que ya tenía memorizadas de memoria. 
Y es que estoy tan feliz de que seas tu el que alegra mis mañanas que a veces olvido todo lo que antes me podía alegrar, porque ser diferente y especial no es una tarea fácil y tu lo has conseguido.
Aguantar mi maleta pesada que llevo arrastrando durante años no debía de ser algo sencillo, pero parece que dejó de pesar y de crecer, y ahora la maleta puedo dejarla en cualquier escalón como si nunca hubiese pasado nada. 
Porque no importa el tiempo que esperes, ni lo que esperes de el, a veces la vida te sorprende y te da cosas que jamás imaginabas y así, simple y sencillo, estoy escribiéndote para recordarte siempre, y que si alguna vez te marchas pueda recordarte en cualquiera de mis textos, y volver a sonreír de nuevo, gracias a ti y tu recuerdo.