03 febrero 2013

pág 76

Solo las personas tristes necesitan diversiones. Cuanto más triste se hace el mundo, más necesitamos la televisión, las películas, las ciudades de oropel y tantas y tantas cosas. Cada día necesitamos más el alcohol, cada día necesitamos más clases de drogas, para evitar la desdicha en la que vivimos, para no enfrentarnos a la angustia en la que vivimos, para olvidarlas. Pero olvidando no se consigue nada.


Alegría. La felicidad que surge del interior
Osho

02 febrero 2013

Día 1 de Febrero 2013


-Punto final.


Empiezo a notar como el tiempo se detiene, el estómago se encoje haciéndose una bolita.
Me pican los ojos, rojos. Viví el último recuerdo. El pensarlo anuda mi garganta.
Mi cabeza va tan deprisa que no sé ordenar mis pensamientos. ¿Por qué?
De vuelta al pasado, a los hechos pasados.

Las únicas palabras que ahora resuenan de tu boca:
-Algunas personas no cambian, aunque quieran.-
Tenías que llegar tú para escarbar la mierda del fondo. De mi fondo.
Yo tampoco me siento orgullosa de este caos.
-Tiempo al tiempo.-

No tengo nada que demostrarte, solo que demostrarme. Acabo de dar trescientos pasos atrás, solo con la única certeza que tengo que volver a darlos hacía adelante.
¿Te fijaste en toda la suciedad?. En el fondo me alegro que la veas, solo me molesta que no te quedaras para ayudar a limpiar y saber como se ensucio todo hace bastante tiempo.

Como siempre, he preferido callarme. Tengo la mala costumbre de cerrar el pico en los momentos importantes. Para que hablar cuando has encontrado tu camino. No soy quien para apartarte.
Ni siquiera me siento capaz de hacerlo, te acercaste demasiado a la oscuridad, sin tocar la profundidad.
No puedo creerlo. Encontraste algo que yo no podía encontrar.

Vergüenza. Matanza. Desgracia.
¿Por qué lo hiciste? cuantos miedos tenía. Cuantas veces estaba vacía.
Probé apariencias que no gustaban y tampoco saciaban la sed.
A pasos cortos y con buen píe. Era importante la verdad. Algo cambiada de lo que yo recuerdo.

Recuerdos. La noche estaba fría y el paisaje siempre fue tu favorito. No he llegado a tocarte, ni siquiera a sentir tu respiración. A ratos pongo los pies en el suelo, y comienzan los nudos en mi garganta de nuevo. Me empeño en volar. Arrastro una profunda capa negra, tan larga que recoge más allá de lo real. Tan rígida que mantiene tan solo tus dardos.

Me hace olvidar porque llegué aquí. Que astuto es el mundo, y sus participantes.
Ya hace tiempo que me limito a observar, más que actuar. Es una continua metamorfosis.
Mi razón me abandona a mi suerte, por dejar de prestarle atención. Es estúpido. Cada pensamiento que se crea, termina en otra posición. Mis palabras dejan de ser importantes.

Son universos paralelos. El blanco y el negro. Lo hiciste tan extremo.
Mis palabras llegan a mi boca, deseando gritar que te equivocas. Pero se cortan al salir.
No queda voz, ni aíre, ni ganas. Como aire, no siento, no puedo sentir.
¿Que ha pasado? Mi tiempo se ha parado. No puedo borrar lo pasado.

Tengo la mala costumbre, de cerrar la boca cuando sé que se equivocan.
La mala costumbre de creer en las personas. De creer que pueden ver lo más profundo de tu ser.
Tengo la mala costumbre de no querer enseñarlo. De ver diferentes realidades.
Mi miedo, y mis malas costumbres.