08 septiembre 2012

XIII

Creamos todo de la nada, 
llegando incluso a la cima y
 cuando menos lo esperábamos empezamos a dejarnos caer.
Ya no importaba lo que antes si lo hizo,
no importaba haber prometido tantas cosas
porque siempre había alguna excusa 
para romper promesas.
No importaba suficiente si mis llantos eran ciertos.
Tú, tan empeñado en tener razón 
y guardando resentimiento.
Yo, tan empeñada en convertirlo todo
incluso en poder cambiar el tiempo.
Sabes mis caras, deseos incluso miradas perdidas
sabes que quiero decir en cada momento.
Tú te mantienes al margen
distante, frío, 
como si todo lo que te rodease te hiciera daño.
Lo escuchamos mil veces
y tuvimos medio mundo en contra
hicimos oídos sordos y echamos andar
cogidos de la mano, juntos.
Hasta que en un momento soltamos la mano
para poder andar de nuevo solos,
pero mirando hacía el lado.
Yo pensaba que funcionaría,
Tú pensabas que no eras culpable.
Y así, entre tiempo y espacio
estamos ahora, lejos uno de otro
pero amarrados al mismo tiempo
sin saber que hacer, sin saber que decir.
Esperando señales que nos den la respuesta.
El problema de todo esto,
es que aún seguimos pensando, 
que tras todo lo que hay, sigue todo lo que queda
sin darnos cuenta en lo que nos hemos convertido
almas en pena buscando lo que antes teníamos.
Inacabados, infelices y desaprovechados.


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