24 agosto 2014

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Ya no me apetece contar mis secretos, ni pedir que me escuchen cuando algo me perturba.
La soledad no me parece tan fría ni tan oscura, y empieza a gustarme más que asustarme... algo ha cambiado y no se bien el que. Empieza a ser diferente, puede que ya haya notado que viene después, no busco los brazos calientes de cualquiera, ni un rincón en un lado de una cama que terminara por parecerme que no hay sitio para mí. No busco que me miren como si nunca hubiesen visto una cara, ni que me besen intentando dejar claro que es como una película romántica. Ya no busco, ya deje de buscar. Ni siquiera quiero encontrar nada.
Que no me apetece complicarme la vida, ni mirar más allá si no es mi propio ombligo. Tengo esas ganas de soledad, de aprender a escuchar que me digo realmente. De dibujar de noche y escribir de día. De tropezarme solamente con mi propias ideas. De querer ser mejor persona que ayer. De crecer.
De dejarme llevar, y ser como tiene que ser.

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